Escuchar a @maitavendeca un cuarto de siglo después es caer en la cuenta de que para esto de la música es importante el factor esencia, elemento que, a pesar de los viajes en el tiempo, permanece indeleble en todo lo que un artista toca, ya suene más moderno o clásico.
En su 25º aniversario, Maíta Vende Cá continúa dejando sobradas muestras de su capacidad camaleónica, adaptándose a los tiempos y sus sonoridades, pero también un cuidado empeño por mantener su etiqueta y no diluirse en ese mar de nombres que a veces es la música popular. Después de la clásica “Sin editar”, “Luz del más allá” se convierte en la nueva cita de Antonio Caña con el ayer y el hoy, un puente entre el flamenco más liviano, el pop más amable y el toque urbano más estiloso. Una mezcla que se siente que fluye sola, sin forzar la presencia de los elementos y que lleva resplandor allí donde suena.
Para llegar a buen puerto, “Luz del más allá” se inspira en el perdón en el final de una relación, no solo al otro, sino a uno mismo, como la principal manera de sanarse y volver a dar y recibir amor de nuevo. Y lo hace con la supervisión musical del reconocido multiinstrumentista, productor y vecino Diego Magallanes (uno de los artífices del sonido de El Barrio, productor de María Jiménez, José Mercé o La Macanita, por citar a unos pocos) y el barnizado final de TTM Prod @estudio.tatami que cada día gana más enteros en lo que esta clase de acabados se refiere. Y para rematar, los chicos de Estudio Fifty convierten en imágenes esta pieza satinada.
Los hay osados que ya dicen que “Luz del más allá” es la versión 2.0 de “No hay luz sin día”. El tiempo y su sabiduría lo dirán. De momento los que tienen claro que es un temazo son las gentes de la playlist “Novedades Viernes España” (233.693 me gusta) donde vuelve a recalar deslumbrando, como buena luz que se precie.
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